Siendo hijo de un oficial del ejército de la India, siempre creí que ser un buen hombre y hacer el bien por otras personas es lo que me definiría como ser humano. Hoy, tras 25 años dirigiendo Incredible Real India un camino que jamás habría esperado tomar, comparto mis pasos.
Luego de obtener mi título como Ingeniero Eléctrico, tardé demasiado tiempo en encontrar un trabajo. Recuerdo que tenía 21 años, mi padre se había retirado del ejército y decidió comenzar un negocio de transporte junto con un socio. El Proyecto fracasó terriblemente y nuestra familia enfrentó una gran pena en tantos sentidos.
Es verdad, que la ingenuidad no ayuda dentro del mundo corporativo y comercial. Habíamos perdido todo lo que era nuestro patrimonio, y tras este incidente, mi padre se convirtió en una persona triste y muy insegura. Perder todas sus esperanzas y sueños frente a su familia, no era algo fácil de aceptar.
Sólo nos quedaba la ayuda y misericordia de Dios.
Gracias aquél negocio de transportes aprendí a manejar, algo que no es muy común en India y así, decidí arriesgarme para el trabajo de un taxista. Debía confiar en mí mismo como mi última opción y guardar la esperanza de poder mantener a mi familia.
Sn embargo, ser un chofer y pertenecer a la casta Rajput de Kshatriyas Varna, conocidos como el grupo de guerreros de alta sociedad de la India, era muy mal visto en mi ciudad, Jaipur.
No era considerado un trabajo respetable y por ello, la mayoría de mis amigos de la infancia con quienes conviví durante años, me quitaron el habla.
En 1992, tomé la decisión de mudarme a Delhi lejos del escrutinio de mi propia sociedad. Al encontrarme sin un centavo y sin fondos para cubrir las necesidades de mi familia, tuve que pedir prestadas 2,000 rupias (casi $70.00 dólares de aquel entonces) y un tanque de combustible para empezar como taxista en esa nueva ciudad.
Podría decirse que este fue el punto de partida de mi carrera en el turismo.
Al principio, fue muy duro vivir en Delhi con un presupuesto de menos de un dólar por día, enviando dinero a mi familia, siendo yo su único apoyo financiero. Estar tan solo en esta capital, sin amigos ni familiares fue uno de los momentos más tristes que he enfrentado en la vida. Incluso, las personas de la ciudad y los policías me trataron como si viniera de un país enemigo. El gran reto fue establecerme en el mercado, sin un apoyo y en la vorágine de Delhi.
Durante un mes completo, día a día, me presenté en una agencia de viajes esperando poder conseguir clientes, era una necesidad frenética, momentos de desesperanza. Simplemente no podía permitirme regresar a casa sin dinero. Mi familia estaba en peores condiciones que yo.
Finalmente, un día se me acercó una persona en la agencia y me preguntó si quería dar un recorrido por Rajastán. No podía creer que finalmente estaba escuchando esas palabras…El hombre me preguntó cuánto le cobraría por un itinerario de 15 días. Yo solo le dije que me pagara lo que él quisiera y así yo tendría una trabajo seguro por los próximos 15 días.
Estando a solas dentro de mi taxi no pude hacer más que llorar; nunca había llorado tanto en mi vida. Eran lágrimas de alegría, pues ese era el momento más feliz que había tenido desde que comencé ese difícil camino. Me pagaron 12,000 rupias ($240.00 dólares) para la empresa y 8,000 rupias de propina ($160.00 dólares). Ahí fue cuando todo empezó realmente. Pude pagar las 2,000 rupias y el tanque de gasolina que me habían prestado.
Después de trabajar 10 años como taxi turístico en Delhi, y viajando por todo el país obtuve la experiencia y el conocimiento geográfico necesarios para continuar. Hice todo tipo de contactos y aprendí cuáles eran los mejores lugares para llevar a los turistas.
Recuerdo un gran momento después del recorrido en Rajastán, cuando llevé a un grupo de cinco personas de Olesa (España) en una travesía, y después del viaje, ellos escribieron mi nombre dentro de una prestigiosa guía turística de India, así como en un importante periódico. Otro grupo Español, me introdujo al mundo de la alta tecnología, ayudándome a construir un pequeño sitio web para mi emergente entonces, negocio de turismo.
El trabajo arduo y comprometido comenzó a dar frutos y tuve mi propio éxito atendiendo turistas españoles que me buscaban gracias a las recomendaciones de gente que previamente en India, había sido mis clientes. Mis ideas sobre los itinerarios eran muy diferentes a aquellos de las grandes empresas.
Me convertí en una de las primeras personas dentro de la comunidad de taxistas que realmente cambió todo el sistema del turismo en la India. Antes, los visitantes solo viajaban por este país con las grandes empresas turísticas, pero en vez de ello, inicié mi propia organización de taxistas que lejos del deshonesto sistema de comisiones con el que las agencias solían trabajar, nosotros basábamos nuestro trabajo en el buen servicio, el trabajo arduo, la disciplina y los valores éticos.
El resultado fue una empresa que ofrecía precios razonables y proporcionaba excelentes servicios con los que no podían combatir las grandes agencias de viajes.
Nuestra clientela no creía que fuésemos reales, ofreciendo bajos precios y un trato excepcional, lleno de calidez.
Gracias a las recomendaciones de muchos viajeros satisfechos, obtuve suficientes clientes desde España para empezar a operar una agencia bien establecida. Aunque al principio el negocio fue complicado y muy competitivo, siempre mantuve una visión positiva y me mantuve sereno, sabiendo que lo bueno llegaría para mí y los míos. Tuve que ser paciente porque estaba convencido de que ese era el comienzo de una carrera en el turismo con un nivel de servicios muy profesionales.
Con cada cliente, nuestras acciones decían más que mil palabras.
Siempre les decía: “Si le gustó el recorrido, por favor, dígaselo a otras personas; si no le gustó, le pido que me lo haga saber para no volver a cometer el mismo error, pues nosotros estamos aquí para usted y su familia.”
Hasta el día de hoy, después de haber recorrido un camino muy particular, sigo siendo el mismo hombre de firmes creencias. Actualmente vivo en mi ciudad, Jaipur, con mi amada esposa Chanda y nuestros hijos, Anurag y Swati.
Desde acá, con orgullo atiendo a huéspedes de todo el mundo, incluida toda Europa, Estados Unidos, Canadá, México; Nueva Zelanda y Australia; junto con países Latino Americanos.
Toda mi clientela se ha convertido en parte de mi, así como de Incredible Real India.
¡Que la paz en su casa y en su vida le acompañen!
RAJU INDIA